Tag archive: crianza respetuosa

rabieta niño

De niños insoportables y madres blandengues

En muchos ámbitos se considera que una “buena educación” incluye no permitir comportamientos desagradables de los niños. Pero ¿sabemos qué precio pagan los pequeños que deben reprimir la expresión de su ira?

Imaginemos un día de fiesta. Puede ser una reunión familiar o un encuentro campestre. Hay gentes grandes y pequeñas, movimiento, entretenimientos varios. Estamos felices, nos alegramos de ver a algunas personas a las que hacía tiempo que no veíamos, nuestro hijo pequeño tiene otros niños con los que jugar y todo apunta a que por fin vamos a poder charlar un rato sin tener que atender los interminables requerimientos de nuestro hijo.

Pero el pequeño tiene otros planes, para variar. No está conforme, reclama nuestros brazos constantemente. Maldita sea. “¿Por qué no juegas con esa niña? Mira, puedes hacer tal cosa”, le decimos. Y nos sumergimos con ansia en el universo adulto durante un minuto. Pero entonces, nuestro hijo vuelve. Está malhumorado, una niña que lo sigue insiste en relacionarse con él, y no se desanima cuando él pretende subirse a nuestros brazos. Intentamos que el pequeño acepte ser cogido de la mano por la niña, sin éxito. Probamos de nuevo a proponerle algo para que se entretenga, y empezamos a sentir cierto resentimiento hacia nuestro hijo: “podías estar jugando, y yo airear un poco, no sé por qué no aprovechas toda la diversión que tienes al alcance ahora mismo, que no me dejas ni respirar”.

Leer más

mi hijo se porta mal

Niño bueno, niño malo

¿Y si permitimos a los pequeños empezar a ser, más allá de las etiquetas?

Solo existen dos tipos de niñas y niños para el discurso oficial: están los retoños de los anuncios y luego están esos pequeños y odiosos tiranos carne de show televisivo o reformatorio. Los primeros, de pelo brillante y sonrisa perfecta, viven en los anuncios de chocolatinas con forma de huevo y merecen todos los cachivaches de plástico que las fábricas asiáticas sean capaces de producir. A los segundos, en cambio, hay que reducirlos a golpe (a veces literal) de castigos y presiones de todo tipo. Y si esto no da resultado, se declara la guerra fría o caliente, dependiendo de lo aceptado en cada hogar.

Leer más